LAS EMOCIONES Y EL FUTURO EN NUESTRO BIENESTAR PERSONAL
En las 2 últimas veces que escribí en esta columna, comente con ustedes sobre la importancia de observar nuestro pasado y vivir nuestro
presente desde ciertas emociones que podrían generar estados de ánimo positivos
y provocarnos un cambio de actitud generando un estado de bienestar interno en cada uno de
nosotros.
Como recordatorio, les comentaba que al ver para atrás, lo
hiciéramos desde las emociones de la
satisfacción, la complacencia, el orgullo de haberlo vivido, la serenidad y la
gratitud; Con respecto al presente
vivirlo desde la emoción de la alegría, el éxtasis, la tranquilidad, el entusiasmo
y el placer ,ya que probablemente al
revisar nuestro actuar podremos encontrar muchas comportamientos positivos y provocar
un estado de “flow” en nosotros, los
cuales nos hará sentir bien y entrar en bienestar con las personas y nosotros mismos.
¿Qué pasa con el futuro? ¿Desde qué emociones deberíamos
observarlo?
El futuro a muchas personas nos genera incertidumbre, porque
no sabemos lo que pasara y sentimos que no
podemos controlarlo, pero está a nuestro
alcance, el hacer y generar acciones
para influenciar a que sucedan
acontecimientos que nos agraden y nos ayuden en nuestro bienestar.
Recordando que nuestras emociones generan acciones, ¿Cuáles
cree que podrían ser estas emociones para generar estas acciones que pueden
producir bienestar ante nuestro futuro?
Martin Selligman en
su libro “la autentica felicidad” y precursor del movimiento de la psicología
positiva, nos recomienda las siguientes emociones: el optimismo, la esperanza,
la fe, la confianza y la seguridad.
Ver nuestro futuro con optimismo, nos llevara a confiar a
que los próximos acontecimientos que
sucedan serán buenos para nosotros y de alguna manera contribuirán a
producirnos una sensación de bienestar
en nuestra vida.
Vivir el presente y
ver el futuro con esperanza, nos
provocara a tener objetivos y proyectos que nos generen bienestar,
lo cual provocara el deseo de
alcanzarlos, por lo que generaremos
acciones desde esta emoción, luchando por una vida mejor para cada uno de
nosotros.
La emoción de la fe, será nuestro alimento o combustible que
necesitamos para darnos la energía y la fuerza interior que todo ser humano
necesita para los momentos en los cuales son difíciles de avanzar.
El futuro nadie lo puede predecir, pero si podemos tener una
actitud positiva ante él, si lo vemos con emociones positivas y generamos
acciones para influenciarlo, si podremos
cambiarlo y lograr ese bienestar que es tan importante para toda
persona. No se desanime si no todo sale
como lo planeo, la flexibilidad y la aceptación siempre deberá estar presente
para tener la sabiduría de cambiar los
planes y la serenidad de tomar las decisiones acertadas y sigamos en la
búsqueda de una vida buena y recuerde
que “no hay personas que fallen, solo han dejado de intentarlo”, así que ¡animo
que usted lo puede lograr!
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