miércoles, 25 de mayo de 2016

 
LAS EMOCIONES Y EL FUTURO EN NUESTRO BIENESTAR PERSONAL 
En las 2 últimas veces que escribí en esta columna,  comente con ustedes sobre la importancia de  observar nuestro pasado y vivir nuestro presente desde ciertas emociones que podrían generar estados de ánimo positivos y provocarnos un cambio de actitud generando  un estado de bienestar interno en cada uno de nosotros.
Como recordatorio, les comentaba que al ver para atrás, lo hiciéramos desde las  emociones de la satisfacción, la complacencia, el orgullo de haberlo vivido, la serenidad y la gratitud;  Con respecto al presente vivirlo desde la emoción de la alegría, el éxtasis, la tranquilidad, el entusiasmo y  el placer ,ya que probablemente al revisar nuestro actuar podremos encontrar muchas comportamientos positivos   y provocar  un estado de “flow” en nosotros, los cuales nos hará sentir bien y entrar en bienestar con las personas y  nosotros mismos.
¿Qué pasa con el futuro? ¿Desde qué emociones deberíamos observarlo?
El futuro a muchas personas nos genera incertidumbre, porque no sabemos lo que pasara y  sentimos que no podemos controlarlo, pero  está a nuestro alcance, el hacer y generar  acciones para influenciar  a que sucedan acontecimientos que nos agraden y nos ayuden en nuestro bienestar.
Recordando que nuestras emociones generan acciones, ¿Cuáles cree que podrían ser estas emociones para generar estas acciones que pueden producir bienestar ante nuestro futuro?
Martin  Selligman en su libro “la autentica felicidad” y precursor del movimiento de la psicología positiva, nos recomienda las siguientes emociones: el optimismo, la esperanza, la fe, la confianza y la seguridad.
Ver nuestro futuro con optimismo, nos llevara a confiar a que  los próximos acontecimientos que sucedan serán buenos para nosotros y de alguna manera contribuirán a producirnos una sensación de  bienestar en nuestra vida.
Vivir  el presente y ver el  futuro con esperanza, nos provocara  a tener  objetivos y proyectos que nos generen bienestar, lo cual provocara  el deseo de alcanzarlos, por  lo que generaremos acciones desde esta emoción, luchando por una vida mejor para cada uno de nosotros.
La emoción de la fe, será nuestro alimento o combustible que necesitamos para darnos la energía y la fuerza interior que todo ser humano necesita para los momentos en los cuales son difíciles de avanzar.
El futuro nadie lo puede predecir, pero si podemos tener una actitud positiva ante él, si lo vemos con emociones positivas y  generamos  acciones para influenciarlo, si podremos  cambiarlo y lograr ese bienestar que es tan importante para toda persona.  No se desanime si no todo sale como lo planeo, la flexibilidad y la aceptación siempre deberá estar presente para tener la sabiduría de  cambiar los planes y la serenidad de tomar las decisiones acertadas y sigamos en la búsqueda de una vida buena y  recuerde que “no hay personas que fallen, solo han dejado de intentarlo”, así que ¡animo que usted lo puede lograr!
 

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